
Siempre que una corriente lo empapa todo y parece dictar sentencia, surge una nueva tendencia que la desafía y sacude el panorama con alternativas. Acaba de suceder ahora, a finales de 2025, después de un año en el que las manicuras se han movido por el terreno de la sencillez, con tonos casi semitransparentes y uñas cada vez más cortas. El primer ejemplo significativo tiene que ver con esto último: la longitud casi al ras ha visto un gran contrincante este último mes en las uñas midi con forma stiletto (a medio camino entre almendradas y triangulares). Y lo mismo está sucediendo con los esmaltados naturales, que se están viendo amenazados tanto por otros tonos más profundos como por el nail art. Así, en este contexto, escala puestos en la lista de tendencias beauty una manicura que rompe con la monotonía y que promete estar muy presente en nuestro tablero de inspiración este invierno.
Hablamos de las uñas preppy, una opción que se declina en dos vertientes principales, el estampado de cuadros y el de rombos, y que aparece para plantarle cara al minimalismo. Las depuradas uñas milky o las jabón, que tanto habíamos visto en estos últimos meses, dejan paso ahora a un diseño que es de todo menos sencillo, pero que encaja a la perfección con el momento actual. Y no es en absoluto casualidad que esto pase: el tartán y el argyle están por todas partes este otoño-invierno 2025/26. El primero tiñe faldas y pantalones por doquier, mientras que el segundo vive su esplendor a través de los jerséis. Son motivos clásicos, habituales del invierno, que ahora se trasladan hasta las manicuras en un contexto en la que la rebeldía desea romper con la monotonía.
Lo mejor de todo es que, aunque se las podría categorizar incluso como subversivas, realmente su diseño nos resulta bastante familiar y ofrece infinitas posibilidades. Las uñas a cuadros combinan líneas entrecruzadas de distintos largos y grosores y, a su vez, las de rombos permiten jugar con los tamaños de los dibujos y hacer versiones más atrevidas con colores personalizados. Eso sí, no es una manicura fácil de hacer en casa: solo las más mañosas o aquellas quienes tengan destreza para dibujar con ambas manos se atreverán. Ya sea a modo DIY o en el salón de belleza, prueba a combinar fondos burdeos, crema, azul marino o verdes o a arriesgarte con lilas, naranjas o rosas. La clave está en personalizarlas al gusto de cada una.
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