Por: Laura Rodrigáñez
Noche de terror y no es Halloween. Te asomas al espejo del baño antes de marcharte a la cama y ahí está, otra vez. Ese granito que ya te amargó la existencia hace tiempo vuelve para remarcar su presencia con una intensidad escarlata que es imposible obviar. La otra vez intentaste disimularlo con maquillaje y en lugar de ello te quedó un precioso paisaje volcánico a punto de erupción. Tranquilidad, se puede borrar y no es tan difícil. Solo hay que aplicar la técnica adecuada. Leer
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